Imponen un año y medio de prisión al padre que dejó a su hija en Nigeria

La titular del Juzgado de lo Penal 1 de Ferrol, María Jimena Couso Rancaño, ha dictado una sentencia de conformidad por la que condena al ciudadano nigeriano O.I. a la pena de un año, seis meses y un día de prisión como autor de un delito de sustracción de menores agravado por el traslado al extranjero de la víctima. Se trata del vecino de Ferrol que en julio de 2013, aprovechando una de las visitas de su hija, que tenía concedidas mediante sentencia, se llevó a su niña, de nueve años, a Nigería y la dejó allí.
En la aplicación de la pena, con la que él se mostró conforme por lo que ya no llegó a celebrarse el juicio, la juzgadora tuvo en cuenta la circunstancia atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas.
El fallo judicial incluye, además, la inhabilitación especial del ahora condenado para el ejercicio del derecho de patria potestad por un período de cuatro años y medio, y la obligación de indemnizar a la madre de su hija con la cantidad de 7.000 euros por los gastos derivados del viaje que ella tuvo que realizar a Nigeria para traer de vuelta a la menor a Fene, donde residen, además de hacer frente al importe de las costas de la acusación particular.
En la sentencia se considera probado que O.I., natural de Nigeria y con residencia legal en España, el día 22 de junio de 2013 recogió a la pequeña, cuya guardia y custodia tiene la madre, y viajó con ella a su país de origen, en el que la pequeña nunca había estado antes, porque nació en Argelia y desde los tres meses vivió continuadamente en territorio español, y del que no conocía ni su lengua ni su cultura.
El día 1 de agosto el acusado no restituyó a la niña a su madre, como estaba establecido, y el 18 de ese mismo mes regresó solo a España, dejando a la menor al cuidado de familiares suyos en Nigeria, donde permaneció hasta que fue localizada por su madre el día 30 en la localidad de Benin Cuty.

Detención
El ahora condenado había sido detenido cuando la Policía tuvo conocimiento de que acababa de regresar a España sin la niña y estuvo incomunicado 72 horas para evitar que pudiera comunicarse con sus familiares en Nigeria al cuidado de los que había quedado la pequeña.
Mientras tanto, la madre emprendía la aventura más arriesgada de su vida: regresar a su país de origen para tratar de localizar a su hija y traerla a España.
La operación resultó bastante compleja y allí tuvo la ayuda de un primo suyo que es policía y de unos guardaespaldas con los que llegó al lugar en el que tenían a la pequeña. El día 30 de agosto, tras un sinfín de gestiones en las que tuvo la ayuda de la Policía Local de Fene y la Policía Nacional, la localizó y permaneció con ella escondida en distintos hoteles mientras se tramitaba la documentación para poder regresar a España con la menor, cosa que finalmente consiguió el día 3 de septiembre.