Inés y Anika son de Madrid y Bruna es de Vic (Barcelona), pero ya son asiduas al paisaje gallego. El viernes, Faneka, estuvo en Ribeira Sacra y hoy han decidido poner a bailar a Ferrol.
Para estas artistas, la ciudad no es nueva. Estuvieron una vez en la Sala Room, el año pasado, gracias al proyecto Girando Por Salas, y se quedaron con ganas de volver por la gran acogida que tuvieron, pero también por motivos más personales.
Inés tiene raíces aquí, una abuela que tiene presencia en su música y a la que le escribieron Lalalá, uno de sus temas más populares en las plataformas musicales que, además de estar escrito en gallego, tiene un videoclip rodado en la playa de Ortigueira.
Las componentes de esta banda se conocieron en 2016 y dos años más tarde vio la luz su primer disco, un trabajo autoeditado que comparte nombre con la agrupación.
Definen su música como un “viaje por muchas texturas diferentes dentro del folk” pero no limitado a este género, ya que dentro de sus composiciones tienen cabida otros sonidos y una gran cantidad de instrumentos que, a pesar de diferenciarse entre ellos, forman un conjunto único.
Tienen claro cúal es su estilo de música y no están dispuestas a sucumbir a modas varias. Esto se va a dejar entrever en la actuación que tienen preparada para su público ferrolano. Un show en el que tienen una presencia muy grande los instrumentos acústicos a pesar de que, como dice el grupo, “esto no se lleva”.
En su caso, traen con ellas toda la artillería pesada. No dudan en describir el concierto como algo “especial”, puesto que cuentan con violín, violoncello, guitarra acústica, guitarra española, charango y percusión ibérica, en la que tienen presencia los güeros, panderos o panderetas.
“Traemos un montón de instrumentos diferentes, lo que nos permite hacer un show muy variado. Hay mucha presencia de folclores, voces y polifonías”, exponen las de Faneka, dejando con la miel en los labios a todo aquel que sea amante de la música.
Hacen que esta mezcla tan grande funcione en base a cuatro principios que, sin duda, son inquebrantables: cariño, conexión musical, comunicación y, por supuesto, mucho trabajo.
Convertir a Faneka en su modo de vida es su aspiración personal, pero no es su única dedicación. Además de este proyecto, tienen una vertiente que califican como “más comercial” que les permite que su trío de folk progresivo pueda salir adelante.
“Queremos creer que sí, queremos creer en Fankea. Buscamos crear una realidad en la que poder hacer de nuestra pasión, nuestra profesión”, afirman cuando se les pregunta por el futuro y las posibilidades de la banda. Eso sí, sin perder la esencia y sin miedo por no seguir tendencias.