Un 25 de julio más sin Tonecho y ya van ocho desde que el gaiteiro y luthier ferrolano falleciese en un día tan señalado como el de la Patria galega. Antón Varela Cachaza, lejos de desaparecer con su muerte, dejó una huella tan profunda que permanece en la memoria colectiva de todo el pueblo de Ferrol y el mundo de la cultura gallega.

Por todo este cariño, el Concello ferrolano ha cumplido un año más con su recuerdo a través de una ofrenda floral en el monumento que da su nombre al parque ubicado en la trasera del Instituto de Canido, inaugurado con un acto en su honor el 2 de diciembre de aquel 2017 después de que el pleno apoyase el cambio de nomenclatura para el espacio.

Músico de agrupaciones tan emblemáticas como Raparigos, Os Cempés o Berros do Castro, Tonecho era también maestro gaiteiro y un talentoso luthier que dejó su huella en muchísimos instrumentos que salieron de su taller durante su larga y fructífera trayectoria como artesano. Un hombre importante para la cultura del país y con una gran humanidad que sigue recibiendo el cariño de todos los que lo extrañan, que no son pocos.