El último trabajo emprendido por el aventurero, fotógrafo, divulgador medioambiental y documentalista ferrolano Carlos Caraglia fue el de reflejar en un producto audiovisual su enfermedad, un tumor cerebral que se había calificado de inoperable y aunque finalmente sí pudo intervenirse, el pronóstico continuó siendo malo. En una entrevista en Nordesía este mismo enero, se mostraba lleno de positividad, esperanza y agradecimiento a la vida que había llevado, dispuesto a disfrutar del tiempo que tuviese por delante.
Ayer se conocía la noticia de su muerte, con 52 años, que ha causado conmoción en una ciudad que ha admirado su personalidad y su trabajo, desde sus viajes polares para denunciar el cambio climático y el deshielo –fueron ocho expediciones, cuatro al Ártico y otras cuatro a la Antártida, que cruzó en un rompehielos– hasta su más reciente documental sobre la pandemia de coronavirus en Madrid, “El lado humano”, disponible en Filmin.
Conocido por sus amigos con el sobrenombre de “Bacalao”, ha llevado siempre por bandera la solidaridad y la reivindicación medioambiental.