Las obras de remodelación del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol avanzan hacia nuevas fases y uno de los hitos será la reapertura de la calle Irmandade Doadores de Sangue, que está en pleno proceso de reurbanización y que lleva cortada todo el verano, desde que concluyó el curso escolar. Los planes de la Xunta, desde el inicio de los trabajos, a principios de junio, incluían recuperar el tráfico rodado con la vuelta del alumnado a los centros educativos de la zona, previsto para el 8 de septiembre. Esto no implicará la conclusión de las actuaciones en la carretera, que proseguirán en coordinación con las del Plan Director, pero ya no afectará de forma tan invasiva a la circulación.
 

La reurbanización implica desplazar el eje de la calle hacia la derecha, de forma que el aparcamiento en esa margen pasa a ser en línea, en lugar de en batería, como hasta ahora. En el lado izquierdo se construye una vía de servicio que se ubica al nivel -2 del edificio que se construye en paralelo (el más avanzado de los dos nuevos) y que dará acceso a zonas auxiliares del hospital como lavandería o restauración. Esto implica un desnivel entre ambas vías, separadas precisamente por el muro de contención que se encuentra en su fase final.
 

Los trabajos también incluyen la reposición de los servicios urbanos como el alumbrado, la telefonía, el abastecimiento, la línea eléctrica de media tensión y la conducción del gas. Se invierten 910.000 euros.
 

Nuevos aparcamientos

Las obras en Irmandade de Doadores de Sangue implican la pérdida de plazas de aparcamiento en la margen izquierda de la vía y, parcialmente, también en la derecha. Al mismo tiempo, se trabaja en la apertura de nuevos estacionamientos en el Hospital Naval. Se crean un total de 255 plazas nuevas, en dos espacios.
 

El primero, en la zona norte, supondrá la ampliación de los aparcamientos actuales. Además, ahí se reserva un sitio para ambulancias, que tendrán una salida propia. El otro aparcamiento se construye en el lado sur, en los alrededores del helipuerto, aunque en el otro margen de la vía perimetral. 
 

El plazo de ejecución de estas obras es de seis meses y las máquinas empezaron a trabajar a finales de mayo, por lo que se espera que los aparcamientos puedan estar en servicio antes de que acabe 2022.