La Ciencia homenajea a Comerma, ingeniero del dique de la Campana

La Ciencia homenajea a Comerma, ingeniero del dique de la Campana
Luis Puig Comerma

El ingeniero, arquitecto naval, farmacéutico, escritor y divulgador Andrés Comerma –Valls, 1842-Ferrol, 1917– será el homenajeado este año en el Día da Ciencia de Galicia, una celebración que promueve cada año la Real Academia Galega de Ciencias –RAGC– para reivindicar las aportaciones de sus figuras más destacadas y que en esta ocasión reconoce su “carácter polifacético e visionario”, así como sus “importantes achegas en termos de progreso e modernidade que o seu traballo supuxo para Galicia.

A partir de ahora, la institución, en colaboración con otra entidades científicas vinculadas de algún modo al ingeniero catalán, organizará actos para difundir la obra de Comerma, con la vista puesta en el acto académico de homenaje, previsto para el 8 de octubre.

La RAGC subraya que el homenejado fue “unha das figuras clave da tecnoloxía naval española” y de su autoría es el diseño y la dirección “da obra máis importante realizada en Galicia, no século XIX”. Se refiere la institución al Dique de la Campana del Arsenal de Ferrol, uno de los más grandes del mundo en su época y que a día de hoy, recuerda, “segue a pleno rendemento”, pese a que en un momento de su construcción –1873-1879– a punto estuviesen de cesarlo de la dirección del proyecto.

Entre sus méritos, la RAGC subraya el de haber introducido en Galicia numerosas innovaciones tecnológicas “inspirado polas súas viaxes e intereses diversos”. Es el caso de la instalación de la primera línea telefónica, que en el año 1878 comunicó la Capitanía y el Arsenal de Ferrol, o las primeras pruebas con rayos X. Su dedicación y carácter le llevaron a estudiar lenguas –conocía ocho idiomas– e, incluso, a ser el introductor del esperanto en Galicia.

Luis Puig, bisnieto de Andrés Comerma y catedrático de Matemáticas: "Creo que en su ciudad y en el ámbito de la construcción naval está reconocido; en Galicia, menos"

Catedrático de Matemáticas en el IES Sofía Casanova y divulgador, a través de Agapema, de esta disciplina, Luis Puig es, además, bisnieto de Andrés Comerma.

¿Cómo ha recibido la noticia? 
Es una satisfacción enorme para mí, me gustaría que mi bisabuelo estuviera aquí para verlo, pero va a ser que no es posible... Fuera bromas, es un motivo de orgullo familiar inmenso que se hayan acordado de él. Es una persona que en el ámbito de Ferrol sí es conocida, y puede que incluso en el ámbito de la construcción naval y de la propia Armada –cuando se celebró el 130º aniversario de la construcción del dique, organizado por la Armada con la colaboración del Concello se volcaron todos–. Esta ciudad tiene el recuerdo, al menos en una calle, con sus aportaciones diversas, además del dique. Hay otras cosas que hizo que no son tan conocidas, pero en Ferrol sí está reconocido. Creo, sin embargo, que en Galicia no lo está, a pesar de que el dique fue una obra hidráulica considerable, seguro que la más importante de Galicia en su momento.
 
Aparte del dique, ¿qué otras obras cree que deberían conocerse o valorarse? 
Hoy no se aprecia porque, claro, la tecnología ha avanzado muchísimo, pero en su momento fue un innovador porque trajo a Ferrol algunos elementos de la tecnología que no habían llegado a la ciudad, como, por ejemplo, la luz eléctrica o el telégrafo. Hasta estuvo comprometido con la nueva traída de agua. Es decir, se preocupó por la ciudad y por traer todas las innovaciones que la ciencia y la técnica crearon en esa época. Creo que esa es otra faceta de Comerma: muy cercano, como también sus inquietudes, a la ciudad de Ferrol, a su vida social.

¿Una calle es suficiente para honrar su memoria? 
No se puede ser juez y parte. Yo no soy el más indicado para decir qué es lo que merece Andrés Comerma. Creo que en la ciudad está bien valorado y su memoria tiene lugares: una placa en su casa, el dique, una calle dedicada... Aquí se le ha honrado, sí.

Además de su trabajo en la ciudad, tuvo ideas que en su momento causaron un gran impacto, como la unión de Europa y África mediante un túnel submarino. 
El túnel bajo el Estrecho de Gibraltar era una innovación que se podía traducir, y creo que algún día se traducirá, en la unión de dos continentes. Pero, claro, es una obra considerable, y el Gobierno español, al que se sometió la posibilidad de su construcción, aunque inicialmente tenía idea de hacerlo, la economía no lo permitió. Comerma fue agregado naval en Londres y, en aquel momento, la unión de Gran Bretaña con el continente estaba en pleno auge, pero no lo consiguieron hasta hace 25 años. No sé si ocurrirá lo mismo con el Estrecho, pero quiero decir que tiene una trascendencia incluso mayor porque unir las islas con el continente, creo, tiene menos peso específico que hacerlo con dos continentes.

¿Condiciona el prestigio de un antepasado a su descendencia? 
De alguna forma eleva las miras de sus descendientes, lo que pasa es que dejó el listón tan alto... Aunque queremos hacer las cosas bien, tenemos la inteligencia que tenemos, pero lo que sí seguimos son sus pautas de bonhomía y preocupación por el mundo de la ciencia. Cuando miraba, hace muchos años, sus libros de construcción naval, allí estaban las matemáticas. Lo que está claro es que para mí es un orgullo; de hecho, ahora ya no tanto porque el tiempo pasa y la memoria se diluye, pero a mí me conocían por Comerma. l

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