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domingo | 28 abril | 2024
Como era de esperar, no hubo final feliz en la aparición –a última hora de la tarde del lunes– de un cetáceo de grandes dimensiones en la playa ferrolana de Marmadeiro. Un suceso que provocó que el arenal de la parroquia de Covas se llenase de personas, con ansias de comprobar el tamaño del animal y de observar los trabajos iniciados ya esa misma noche.
Todo comenzó con la llamada de un particular a Protección Civil de Ferrol en la que se alertaba de la presencia de un mamífero varado en la orilla.
Fue entonces cuando los efectivos del cuerpo de emergencias se desplazaron hasta el lugar de los hechos, alertando, a su vez, a la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma). También acudieron expertos de la Sociedade Galega de Historia Natural, como su presidente Xan Rodríguez Silvar, que confirmaba horas más tarde a este Diario que se trataba de un ejemplar juvenil de la especie Megaptera novaeangliae, conocida comúnmente como ballena jorobada.
El cetáceo, que medía entre ocho y diez metros de largo y con un peso de unas ocho toneladas, había sido avistado en los últimos días en la zona de Cabo Prior, tal y como especificó Silvar.
Los trabajos para sacar al animal de la playa se iniciaron el martes por la tarde. Según informó el propio ejecutivo local de Ferrol, los ediles de Seguridade e Mobilidade y Medio Ambiente –Pamen Pieltain y José Tomé, respectivamente– se desplazaron hasta la zona para coordinar el operativo.
Efectivos de Protección Civil procedieron al despiece del ejemplar, del que posteriormente se extrajeron muestras por parte de los técnicos del Cemma.
Los restos fueron depositados en un camión que los trasladará en la jornada de este miércoles a la Gestora de Subproductos de Galicia (Cesuga), ubicada en el municipio de Cerceda, en donde serán incinerados.
La ballena jorobada es una especie que se encuentra actualmente en una situación crítica, debido a la proliferación de su caza durante el pasado siglo XX, lo que ha provocado que estos cetáceos se encuentren al borde de la extinción.
El registro de este tipo de mamíferos en Galicia comenzó en los años 90 y desde entonces se han producido cuatro varamientos en las costas de la Comunidad. Cabe destacar que uno de ellos –el último en esta zona– se remonta a 2011.
En otro orden de cosas, Cemma informó ayer también de la presencia de un arroaz muerto en el puerto de Testal, en Noia. El ejemplar, una hembra adulta en periodo de lactancia, apareció flotando en el agua y con síntomas de haber padecido una
enfermedad.
