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domingo | 12 mayo | 2024
El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao aprobó ayer, en su sesión mensual, otorgar una concesión en favor del Concello de 6.078 metros cuadrados ubicados en zona de servicio de la entidad, el 87,3% de los mismos enterrados y los otros 771 en superficie. Se trata de los terrenos necesarios para ejecutar el proyecto de saneamiento de la ensenada de A Malata, el que resta para completar el programa de depuración integral de la ría.
Los trabajos que se llevarán a cabo cuentan con un presupuesto 7.115.000 euros, que el Gobierno autonómico ya ha liberado. Ahora es el Concello de Ferrol el que debe poner el suelo a disposición de la Xunta, en virtud de un convenio suscrito con Augas de Galicia. Básicamente, las obras consistirán en habilitar dos tanques de tormentas, uno en las inmediaciones de FIMO y otro cercano al Centro de Innovación y Servicios (CIS).
También se dotará la zona de una estructura de regulación, que controlará el caudal procedente de la margen este de la ensenada de A Malata transportado por el colector general. Igualmente, el proyecto incluye la construcción de una red de colectores generales de saneamiento y su conexión con la ya existente, amén de la remodelación del bombeo existente en A Cabana.
Las condiciones de concesión determinan que los trabajos habrán de comenzar en el plazo máximo de un año, a contar desde hoy, y que tendrán que finalizar, como muy tarde, 16 meses después de haber comenzado.
Esta actuación, según el Gobierno gallego, “facilitará a recuperación ambiental, implicará un incremento da competitividade económica e turística da zona e aumentará a calidade de vida dos veciños”. De acuerdo con sus cálculos, las infraestructuras planificadas darán servicio a unos 15.000 habitantes. El acuerdo del consejo de administración cuenta con informes favorables de la Consellería de Medio Ambiente, fechado a 29 de enero de 2018; de la Capitanía Marítima de Ferrol, del 13 de marzo; de la Demarcación de Costas del Estado en Galicia, del 20 de marzo; y de la Consellería do Mar, del 23 de marzo.
Este último impone a los responsables de las obras una serie de requisitos, como “realizar con carácter previo un control del sedimento y de la calidad de las aguas que existe en la actualidad en las proximidades de los puntos de vertido” y “evitar en la apertura de zanjas y en los acopios purulentos que, por las lluvias, el material pueda llegar al medio marino, bien instalando vallas de protección o cubriendo los materiales purulentos tanto en los acopios como en los transportes”.
