La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cumple este 19 de agosto un lustro ejerciendo el bastón de mando en la región; cinco años en los que ha pasado de la mayoría simple a la absoluta, con giros de guión, pero siempre con Pedro Sánchez en su punto de mira.
El que fuera líder del PP y amigo íntimo de Ayuso, Pablo Casado, la postuló como candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en las elecciones autonómicas de 2019; una cara en su momento poco reconocida pero que cinco años después ha pasado a convertirse en una clara baronesa del partido.
Desde entonces, la presidenta ha avanzado pasos en el camino. En aquellas primeras elecciones logró 30 escaños -superada por el PSOE de Ángel Gabilondo con 37-, pero el pacto de investidura con los Ciudadanos de Ignacio Aguado y el Vox de Rocío Monasterio le permitió ser proclamada presidenta.
Elecciones adelantadas: jaque mate a Ciudadanos
Un jaque mate político que derivó ese 4 de mayo en una escalada electoral, que expulsó a Ciudadanos del hemiciclo madrileño y le permitió lograr la Presidencia con un pacto de investidura con Vox; pero fue una legislatura marcada por los tiras y aflojas con los de Monasterio.
Y de carambola supuso otro jaque más: el del entonces líder de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, que cuando Ayuso convocó las elecciones anunció por sorpresa su intención de presentarse contra ella como candidato de Podemos.
Horas después de los comicios, Iglesias anunciaba su abandono de la política institucional y de todos sus cargos en Podemos. "España me debe una", dijo entonces una exultante Ayuso.
Tras dos años de toma y daca con Vox, que le dificultó algunas decisiones, en las elecciones autonómicas de 2023 Ayuso arrolló todo el espectro político -ahora también con Podemos fuera de la Asamblea- y logró la mayoría absoluta con 71 escaños y, por tanto, cuatro años por delante para gobernar en solitario.
En cinco años, quien fuera conocida por declaraciones como "Los atascos son una seña de identidad de Madrid", ahora es reconocida por otros mensajes: "Madrid es libertad", "Socialismo o libertad" o "El sanchismo es el enemigo de España".
Pablo Casado: segundo jaque mate
Pablo Casado, amigo de Ayuso desde la facultad y que apostó por ella en 2019, perdió el bastón de mando del Partido Popular a nivel nacional.
Y lo hizo después de cargar contra ella por los contratos sanitarios de los que supuestamente se había beneficiado su hermano, y de que ella le devolviese el envite acusándole de espionaje.
"Más allá de que sea ilegal, la cuestión es si es entendible que el 1 de abril de 2020, cuando morían en España 700 personas, se pueden contratar con tu hermana y recibir 300.000 euros por vender mascarillas", dijo en una entrevista al ser preguntado sobre una venta por parte del hermano de Ayuso a la Comunidad de Madrid de mascarillas chinas por valor de 1,5 millones de euros.
Esa frase detonó la voladura del entonces presidente del PP. La presidenta asumió que el partido, a nivel nacional, estaba urdiendo una campaña contra ella.
Tras unas horas llenas de tensión la crisis se cerró con el fin de Casado como líder del PP para dejar paso a Alberto Núñez Feijóo.
En ese nuevo contexto, Ayuso pudo convocar, como quería desde hacía tiempo, el congreso autonómico del PP de Madrid para convertirse en la presidenta de la agrupación y dirigirlo sin las injerencias de Génova.
Pedro Sánchez, en el punto de mira de Ayuso
A pesar de que la presidenta ha reiterado en varias ocasiones que no tiene intenciones dar el salto a la política nacional porque su compromiso está en la Comunidad de Madrid, su discurso político ha girado entorno a ella, convertida a menudo en la voz más crítica del PP contra las políticas del Gobierno socialista, sus socios y muy especialmente su presidente, Pedro Sánchez.
La gestión de la pandemia del coronavirus -con un claro desmarque de las políticas aplicadas por el Gobierno nacional- fue el primer gran ariete de la Comunidad de Madrid contra Pedro Sánchez; el primero de muchos.
La ley Celaá, el impuesto a las grandes fortunas, el reparto de los fondos europeos, la financiación autonómica o la ley de amnistía han sido algunos de los temas con los que más se ha confrontado desde la Comunidad de Madrid, algunos de ellos convertidos en recursos en el Tribunal Constitucional.
Cinco años después, Sánchez sigue siendo el objetivo de la presidenta de Comunidad de Madrid, centrada en criticarle por la amnistía, los pactos con ERC para que los socialistas gobiernen en Cataluña o por el caso judicial en el que se investiga a la mujer del presidente, Begoña Gómez.
La relación de su pareja con el grupo Quirón
El presunto fraude fiscal de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, y su relación con Quirón Prevención, empresa de sanidad privada de la que recibió cuantiosos ingresos por sus trabajos en el inicio de la pandemia, ha sido la gran polémica que ha envuelto a la política madrileña en los últimos meses.
Desde el equipo del Ejecutivo regional se ha achacado esta investigación judicial a una "obsesión" de Sánchez contra la presidenta madrileña, quien ha defendido que es "una inspección que nada tiene que ver con la Comunidad de Madrid" y se está utilizando a su pareja para "desarmar" a un oponente político.