Proyecto Uni2: el alma del Baxi cierra su primera temporada con 55 jugadores

Proyecto Uni2: el alma del Baxi cierra su primera temporada con 55 jugadores
La escuela trabajó en su primer año de vida con 55 alumnos y alumnas, con edades comprendidas de los seis años en adelante | Cedida

Los valores del deporte van –tienen que ir– mucho más allá de lo estrictamente competitivo y, por eso, los clubes y las entidades que trabajan en este sector han de estar lo suficientemente concienciados para avanzar hacia la inclusividad absoluta. El Baxi lo ha visto así y la campaña pasada, coincidiendo con una efeméride muy especial como fueron los 25 años de vida del Universitario, puso en marcha el Proyecto Uni2 de baloncesto inclusivo para personas con diferentes capacidades intelectuales. El alma del Baxi ya tiene, por lo tanto, un nombre. 
 

Un total de 55 niños y niñas –y hombres y mujeres, porque las edades oscilan entre los seis y los sesenta años– participaron este curso en las actividades programadas por el equipo técnico: la entrenadora y exjugadora Patri Cabrera, capitana de la iniciativa; la también preparadora y jugadora en activo Paula García y la psicóloga Patricia Gómez. El balance de esta primera campaña de Uni2, asegura Cabrera, es “tremendamente positivo”. “Estamos muy contentas con el trabajo de todo el año”, explica, “no solo en lo que tiene que ver con las entrenadoras, sino también con los niños y niñas y sus familias: eso es lo que nos han transmitido al acabar este curso”. 
 

El trabajo deportivo con personas con diversidad intelectual era para el Baxi y su equipo técnico un desafío que generó, reconoce la coordinadora del proyecto, “algo de incertidumbre al principio”. “No sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar”, recuerda, “y no conocíamos a los niños y niñas, pero hemos aprendido a tener paciencia y a darles mucho cariño, que es lo que ellos necesitan. Después, cada jugador es diferente y hemos adaptado el aprendizaje en función de todo eso. Lo que sí puedo decir alto y claro es que nosotras hemos aprendido muchísimo de ellos”. 
 

La psicóloga Patricia Gómez coincide con Cabrera en los nervios del principio. “Había incertidumbre porque no sabíamos cómo iba a ir y, sobre todo, si iba a funcionar para los niños, que es lo más importante: que ellos disfruten y que aprendan, y que tengan las mismas oportunidades que cualquier otros niño y adulto”.
 

Evolución palpable 

El trabajo en Uni2 ha abarcado aspectos que van más allá de lo deportivo y, en esa línea, Cabrera apunta que han incidido sobre todo “en que socialicen a través del baloncesto”. La evolución de cada uno de ellos es una realidad y las monitoras tienen tantos ejemplos como jugadores. “Algún niño, cuando empezó, apenas levantaba los pies del suelo y acabó el año pasando las vallas él solo sin necesidad de ayuda, botando la pelota y tirando a canasta. Hay mejoras que nos pueden parecer poco, pero son enormes”. 
 

“Hemos vivido su evolución y solo el hecho de poder verlo ya ha merecido la pena”, afirma Patricia Gómez, que pone varios ejemplos. “Hay niños que las primeras semanas ni siquiera se acercaban a nosotras y después, si no estábamos, preguntaban dónde estábamos; otros al principio no se lo tomaban bien porque la actividad les suponía un cambio de rutina, pero luego no querían perderse un entrenamiento; hay niños que no habían visto un balón en su vida y ahora tiran a canasta como los mejores alumnos. La valoración es muy positiva porque por parte de los centros y de las familias hemos recibido un muy buen feedback, y eso es muy importante para nosotros”. 
 

Habilidades sociales 

El deporte es, por lo tanto, un instrumento idóneo para alcanzar la inclusividad. Patricia Gómez subraya que, además del disfrute, lo prioritario debe ser que todos “tengan las mismas oportunidades” y, en ese sentido, recuerda que “no hay muchas actividades de ocio dirigidas a los alumnos de estos centros” y, sobre todo, que sean grupales. 
 

El Proyecto Uni2 ha roto esa costumbre. “El deporte nos beneficia a todas las personas a lo largo de nuestra vida”, expone la psicóloga, que comenta que a través  de la escuela “hemos conseguido que desarrollaran habilidades individuales y sociales: mejoran la confianza en sí mismos, la disciplina, la responsabilidad, la comunicación –tanto con nosotras como con sus educadores–, el compañerismo y el trabajo en equipo”. Es decir, todos los beneficios imaginables.

 

Santi Rey: “Para nosotros, el proyecto de baloncesto inclusivo es una prioridad”

 

El presidente del Baxi Ferrol, Santi Rey, tiene muy claro que “el proyecto de baloncesto inclusivo es para nosotros una prioridad”, hasta el punto de que confía en poder conseguir más horas de pabellón por la tarde (se entrena en Esteiro) “para incrementar el número de participantes, ya que tenemos gente esperando y que no pueden ir por la mañana”. 
 

Rey quiere destacar el “gran trabajo que hacen Patri Cabrera, Paula García y Patri Gómez” y agradece “el apoyo que tenemos de muchos centros que nos ayudan a poder desarrollar este proyecto”, una iniciativa para la que pide “más respaldo por parte de la sociedad para seguir creciendo”. 
 

Los resultados de este primer año avalan esta petición. “Ver la ilusión con el que asisten a esta actividad y lo que han progresado este año nos hace ver que estamos en el camino correcto y el Baxi quiere estar cerca de la sociedad y contribuir al bienestar de la gente que no encuentra muchas vías para practicar deporte y otro tipo de actividades”, concluye el presidente del Baxi.

 

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Foto: Cedida

 

Belén Pérez: “Es impresionante la capacidad que demostraron las entrenadoras para enseñarles” 

 

El hijo de Belén Pérez, Marcos Torres, tiene 19 años y esta temporada ha sido uno de los jugadores del Proyecto Uni2.

 

¿Cómo valora la iniciativa y el trabajo realizado con Marcos? 
Marcos tiene una discapacidad intelectual y física. Es cierto que corre con mucho esfuerzo y que, aunque no es autónomo en su vida, sí es lo es en movilidad. Puedo decir que va feliz a la escuela. Es una pasada. En casa siempre apostamos por la inclusión en todos los aspectos de la vida y, por eso, también practicó deporte, como el fútbol, pero los monitores se ponían nerviosos. Marcos aprende por repetición y las órdenes tienen que ser escuetas y directas. Ese es el problema que tenemos en la sociedad, que la gente no está preparada para tener paciencia con estos niños: vivimos demasiado rápido.

¿Qué le llamó la atención de esta escuela? 
Cuando nos enteramos de que estaba en marcha fuimos con Marcos y un amigo suyo, Luis, que tiene síndrome de Down. Sabía que las profesoras eran jugadoras y aluciné porque la capacidad que tienen esas chicas de darles las órdenes, de que les hagan caso y de que les ilusione jugar a baloncesto es simplemente impresionante. Son unas profesionales maravillosas y estamos encantados.

 

¿Hay algún logro que destaque especialmente? 
El baloncesto siempre me pareció un deporte complicado. A veces íbamos a la pista a tirar a canasta, pero nunca imaginé que Marcos fuese capaz de hacer ejercicios colectivos o de pasar la escalera en el suelo... ¡Estamos deseando que llegue septiembre para volver a los entrenamientos!

 

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Foto: Cedida

 

Ángeles Abalo:  “Hasta ahora, nunca nadie nos había ofrecido hacer una actividad deportiva en grupo” 

 

El centro Aspanaes Ricardo Touceda se sumó de inmediato al Proyecto Uni2. Salvo los más pequeños, los 33 alumnos han estado a las órdenes de las técnicas del Baxi. Su directora, Ángeles Abalo, no escatima elogios.

 

¿Cuál es la relación de Aspanaes con el Proyecto Uni2? 
Este primer año íbamos dos días a la semana. Hasta ahora, nadie nos había ofrecido que fuéramos a una actividad deportiva de grupo y las familias los llevaban a piscina, a caminar, etc. Cuando el Baxi nos lo ofreció vimos el cielo abierto, era una oportunidad ideal. ¿Exitoso? No, lo siguiente. Todos –tenemos alumnos desde los cinco hasta los 18 años– estamos encantados. Aprendieron muchas cosas: a esperar turno, compartir vestuario... Ellos mismos, aparte de trabajar el baloncesto, los circuitos y encestar, que es todo muy nuevo, también aprenden a asearse en los vestuarios, es decir, es otro trabajo añadido muy importante. Lo que ha hecho la escuela Uni2 es espectacular porque, además, no conocían previamente el trabajo con la discapacidad, y menos con Trastorno del Espectro Autista. Me pareció un gesto muy revelador que las tres –Patricia Cabrera, Patricia Gómez y Paula García– viniesen a nuestro colegio para conocer a los niños “in situ”, para ver cómo eran en su entorno escolar.

¿Al principio tuvieron alguna reserva? 
No, nunca tuvimos dudas porque, además, también íbamos a estar nosotros para orientarlas en lo que tiene que ver con niños con TEA. Sabíamos que no iba a haber problema porque ellas estaban superconcienciadas y nosotros aportábamos ese apoyo. Decir que estamos encantados es poco.

 

¿Cómo valora esta experiencia? 
Con TEA hay niños que tienen lenguaje y otros que no, pero unos y otros, todos, quieren ir a baloncesto y, cuando no les toca, te montan un “pollo” tremendo... Esta actividad vino a incentivar y estimular mucho a nuestros chicos, a reforzarlos: está todo muy bien pensado, es todo muy visual... Es una experiencia excelente que ojalá haya venido para quedarse.

Proyecto Uni2: el alma del Baxi cierra su primera temporada con 55 jugadores

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