Las malas rachas están para romperlas. Si no que se lo digan a un Racing que viene, precisamente, de dejar atrás una que, incluía, como local, tres meses sin poder celebrar un triunfo en casa con su afición y, en el cómputo global, seis jornadas sin sumar tres puntos. Eso sí, una travesía por el desierto con pequeños oasis en forma de igualadas ante el Racing de Santander, Levante y Eibar, y que iban calmando la sed del grupo verde desde su victoria a domicilio ante el Sporting de Gijón.
El grupo de Parralo se deshizo de esta losa, y de que manera, en un auténtico recital ante un Real Valladolid que, por su parte, sigue cargando con la suya, y ahora el equipo racinguista se enfrenta a otra de las escuadras dispuestas a aligerar carga, el Albacete. Salvado por la campana de caer en puestos de descenso gracias al triunfo del Amorebieta ante el Andorra en la jornada del lunes, el grupo de Rubén Albés no levanta cabeza desde ese doloroso traspié de diciembre en A Malata. Y es que si hasta ese choque el rival racinguista del lunes firmaba cinco victorias, en 18 duelos –la última el fin de semana anterior ante el Zaragoza–, esta cifra sólo ha aumentado hasta siete en los trece siguientes.
El Racing se encontrará en el campo Carlos Belmonte con un Albacete que firma tres derrotas de manera consecutiva y cuyo camino en este año está siendo el peor de los equipos de la competición, además de ser el grupo más goleado de la categoría –junto con el Villarreal B–.
Los de Albés se medirán a una formación verde que también sabe, precisamente, lo que es pasar una mala racha y asimismo superarla, si bien sin llegar al punto del grupo albaceteño. Un duelo por frenar o continuar sus respectivas dinámicas en el que locales y visitantes tendrán en el punto de mira unos 50 puntos que los de Parralo ven a sólo tres, y que podrían firmar ya el lunes, y los de Albés, mucho más lejos, a 19.