Kevin Chis: “Lo mejor que he vivido en este club es ver A Malata a rebosar”

El jugador se marcha de O Parrulo después de cuatro temporadas
Kevin Chis: “Lo mejor que he vivido en este club es ver A Malata a rebosar”
Chis, en su último partido con el club ferrolano I Jorge Meis

Kevin Chis y O Parrulo separaron ayer sus caminos tras cuatro años de relación. El naronés, que pasó del fútbol campo al fútbol sala en el verano de 2019, aparca, quién sabe si definitivamente, la que ha sido su pasión en los últimos tiempos por motivos personales y con una mochila llena de experiencias intensas.

 

¿Por qué lo deja?
Podemos decir que es un cambio de prioridades. Estar en O Parrulo me exige muchísimo a nivel personal, una dedicación exclusiva en todos los órdenes –alimentación, descanso y, sobre todo, tiempo– y desde hace unos meses estoy estudiando una oposición. Las clases son por la mañana, como los entrenamientos, y necesito más tiempo. Era el momento de tomar una decisión.

 

Sus cuatro temporadas en O Parrulo no pudieron ser más intensas...
Sí, en la primera temporada empecé absolutamente de cero, me costó un mundo adaptarme, estuve con Héctor Souto y Suso de entrenadores, que me ayudaron muchísimo para que pudiera tener mis primeros minutos bien avanzada la temporada y, al final, cuando consigues sacar algo de un reto tan difícil sabe el doble mejor. La disfruté enormemente. En la segunda, más adaptado, tuve más minutos y la oportunidad de jugar contra los mejores jugadores del mundo y de hacer goles en partidos importantes. Fue una pena que no hubiéramos conseguido salvar la categoría. Fueron dos años en la mejor liga del mundo, pero disfruté de cada entrenamiento, de cada partido y la verdad es que fue un momento muy bueno. En la primera campaña en Segunda sufrimos muchísimo, pero con tramos muy buenos porque en las últimas jornadas A Malata estaba a rebosar, fue increíble, lo mejor que viví en este club. En esta última temporada se nos escapó el ascenso al final.

 

¿Cómo fue la adaptación a un deporte nuevo?
Son deportes absolutamente distintos; a mucha gente del fútbol sala no le gusta el fútbol campo, y viceversa. Es que tienen poco que ver. En mi caso, el mayor cambio fue que yo venía de fútbol aficionado y la exigencia en Primera División con O Parrulo es de nivel profesional, como ahora en Segunda, porque se trabaja igual porque se intenta ascender. Temas como la alimentación, el descanso... El cambio fue brutal y de ahí que me costase tanto. Luego, en aspectos del juego, lo mismo: pasas a jugar con gente que lleva muchísimos años en esto y tú estás empezando: te ayudan mucho, pero también te exigen lo máximo y tienes que acelerar los pasos para dar el nivel. Al final, si lo consigues, lo disfrutas un mundo. Y a la hora de competir, pues qué te voy a contar: juegas contra los mejores.

 

¿En qué momento y quién le propone pasar de fútbol a fútbol sala?
Fueron dos personas. Julio (Martínez) apostó por mí y ya llevaba varios años proponiéndomelo. Ese verano estaba trabajando en una empresa y jugando al fútbol en el Narón y me lo volvió a proponer. Yo tenía 24 años y pensé que podía ser el inicio de una nueva etapa en mi vida, sin saber cómo iba a salir, pero me iba a suponer un reto gigante. Me atreví, aunque antes de dar el paso hablé muchísimo con Adri, que me lo “vendió” como una oportunidad muy buena y me embarcó en el proyecto. Le estoy muy agradecido porque la verdad es que no me engañó y me ayudó lo imposible. Además de ser mi amigo, disfruté mucho con él jugando al fútbol sala.

 

¿Es una despedida definitiva o un hasta luego?
En la situación en que me encuentro es muy difícil de saber lo que pasará. Este es un cambio de prioridades, porque quiero centrarme en estudiar, pero es cierto que no cierro puertas a nada porque al final voy a coger algo que me motive, que me ilusione y que me permita tiempo para lo que realmente quiero hacer. Sí es cierto que necesito algo me atraiga y que me haga no perder el gusanillo porque, como les digo a mis amigos, de donde vengo mola mucho. En el próximo proyecto que me embarque me gustaría poder tomármelo también de esta forma, con esa implicación y dedicación, y hacerlo lo mejor posible.

 

Si tuviera que destacar un momento especial en estos cuatro años, ¿con cuál se quedaría?
Hubo un momento que fue muy bonito, cuando marqué un gol para empatar con ElPozo Murcia en su casa en Primera. Aunque a nivel personal fue muy bonito, esa temporada ya estábamos bastante mal en la clasificación y las sensaciones del equipo no eran muy buenas... Entonces me quedaré con la salvación obtenida el año pasado en las últimas jornadas de A Malata: cualquiera de esos partidos fue increíble porque a falta de siete jornadas nos encontrábamos con que teníamos que ganar cinco partidos, y lo conseguimos... Cuando tienes en la pista a tu novia, a tu familia, a tus amigos, no hay mejor sensación que poderles dedicar una victoria porque son quienes realmente te permiten estar ahí, quienes te aguantan cada día y quienes te levantan en los momentos difíciles. 

Kevin Chis: “Lo mejor que he vivido en este club es ver A Malata a rebosar”

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