El Ría Ferrol ha vuelto a División de Honor casi con la misma rapidez que sus velocistas, en un visto y no visto. El club local regresa a la elite, ese espacio que las ferrolanas habían abandonado hace dos campañas y que hoy recuperaron. Eso sí, en una final celebrada en el estadio soriano de Los Pajaritos que finalizó con demasiada emoción para participantes, público presente y seguidores en la distancia.
El conjunto de la ciudad naval llegaba a este último enfrentamiento –ante Avinent Manresa, Oviedo, Tenerife, Safor-Teika, AD Sprint, La Palma y Lleida, cabe recordar– como una de las principales favoritas para volver de nuevo a División de Honor, si bien en la entidad local la prudencia era máxima tras el varapalo sufrido el pasado año, en el que se quedaron a las puertas de volver.
El camino en esta ocasión parecía, de inicio, más plácido para las de A Malata, que así lo demostraron en esas emblemáticas instalaciones, con un inicio brillante para colocarse desde el principio de la jornada –afortunadamente dirimida en horario matutino, esquivando de ese modo un tanto el sofocante calor– en una primera posición que, aunque no afectó a su ascenso, perderían en la última carrera del programa.
Las victorias de Noemi Sempere –salto de longitud–, Paula Ngoye Bondjale –lanzamiento de disco–, María Barrios –triple salto–, Lara Iglesias –lanzamiento de jabalina–, Xiana Lago -peso- e Inés Oitaven –400 metros– cimentaron en estos concursos una vuelta a División de Honor en la que, como quedó reflejado en la apretada clasificación final, cada punto firmado por cada una de las participantes fue vital para el ascenso.
En estos puestos de privilegio, y asimismo con más puntuación asignada, terminaron también sus compañeras Iria Filgueira –martillo–, Diana Jiménez –pértiga–, Elvira Barrón –5.000 marcha–, Noelia Media –800 metros– y Ana Carvajal –1.500 metros–. Esta última ya en una recta final en la que el Manresa había pisado el acelerador, sumando más puntos corriendo sobre el tartán soriano.
Con muchas mejores marcas personales –como fue el caso de Alicia Merino en 100 vallas, cuarta– y también de la temporada –la de Rocío Díaz en salto de altura, quinta–, los puntos conseguidos asimismo por Lucía Rivadulla, Pilar Rojo, Blanca Durán, Diaou Diallo, Daniela Andrea Laya y el relevo 4x100, llevaron a un 4x400 en el que, con el Ría primero y ya virtualmente ascendido, el Manresa tenía que ganar esta cita para “robarle” este lugar y conseguir asimismo un lugar en División de Honor -siempre contando que el Ría puntuase-.
Y, como bien apuntó el técnico de la formación ferrolana Marcelino Crespo: “siempre nos pasa algo”; este algo llegó a pocos metros de la linea de meta, que enfilaba la atleta ferrolana encargada de la última posta. Inés Oitavén no pudo esquivar a la deportista del La Palma que, en cabeza, se había caído cuando veía la victoria muy cerca. El testigo de la ferrolana salió volando y cruzó la linea de meta, con ella tirándose rápidamente a recogerlo.
Fueron minutos de inquietud en las filas ferrolanas y catalanas, si bien, y tras hacer las matemáticas y a pesar de la descalificación –mantenían el segundo lugar con una renta de tres puntos sobre el Oviedo–, el equipo ferrolano pudo celebrar su trabajado ascenso al ocupar el segundo lugar.
Unas circunstancias que beneficiaron a un Manresa, que con su plata en esta accidentada carrera, se aupaba a la primera plaza y, por lo tanto, a División de Honor. Las integrantes del Ría Ferrol celebraron por todo lo alto esta gesta, con grandes sonrisas y sentidos abrazos, gritando asimismo el nombre de Eva Martínez, secretaria del club y pilar fundamental del mismo, al subir al cajón. Un segundo escalón que representa el regreso de Ferrol a su sitio entre los mejores clubes España. Y “aunque las chicas se merecían ser primeras”, comentaba la propia Martínez, “el ascenso es muy merecido, han peleado mucho”. Y han tenido un gran premio.