La Xunta forma a técnicos en Cedeira para mejorar la seguridad del sector pesquero

A bordo del palangrero “Torre del Paine”, en el puerto de Cedeira, la directora xeral de Relacións Laborais, Elena Mancha, y la gerente del Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (Issga), Adela Quinzá-Torroja, clausuraron ayer el curso de prevención de riesgos laborales en la pesca, dirigido a técnicos de prevención.

Desde la Xunta explican que es fundamental concienciar acerca de la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad y salud laboral en los barcos pesqueros y, de ahí, el objetivo de la jornada técnica celebrada ayer en el municipio cedeirés, que no es otro que el hecho de que el personal técnico tenga formación cualificada en este ámbito.

“Trátase de dotar dos mellores coñecementos e habilidades aos técnicos dos servizos de prevención, como ao propios do Issga e aos que levan a representación nas organizacións sindicais e empresariais para prestar un servizo de calidade desde o coñecemento e o rigor técnico”, sostuvo Mancha.

El trabajo en los buques de pesca conlleva, según apuntó la responsable del ejecutivo autonómico, numerosas situaciones de riesgo para los trabajadores del sector, derivadas de las condiciones meteorológicas y del mar, del trabajo en cubierta, del manejo de las artes de pesca y de la exposición a otros agentes físicos, químicos y biológicos.

La Xunta incide en que las caídas por tropiezos y resbalones, junto con los sobreesfuerzos y los los choques o golpes contra objetos son los accidentes más frecuentes, siendo los ahogamientos y los atrapamientos y choques con elementos en tensión los que tienen peores consecuencias.

Por estos motivos, el sector de la pesca forma parte en la realización de las actuaciones de asesoramiento, información y sensibilización específicas para reducir la siniestralidad laboral, tal y como recoge el Plan de actuación del Issga para este 2022. En él también figuran iniciativas como la visita a buques pesqueros o el impulso de una adecuada declaración de las enfermedades profesionales, especialmente en el caso de las actividades más “feminizadas”, como las desempeñadas por rederas y mariscadoras, entre otras.