La ciudad herculina es testigo de cómo Grelo Studio pasó de ser “algo de casa, que hacía para mi familia y amigas” a una marca que, un año y medio después de su nacimiento, abraza, igual que el mar, a la ciudad. Bolsas que evocan verano y hacen referencia explícita a Galicia, creadas con telas del comercio local coruñés, premisa a la que Carmen Rodríguez, ingeniera de caminos en Navantia y creadora de esta marca, le es fiel.
“Siempre he sido un culo inquieto, me gustan los retos”, confiesa entre risas Rodríguez, y “empecé a hacer costura”.
Reconoce que su marca creció “de manera muy orgánica y sin esperarlo”, ya que empezó como una afición. A día de hoy, sin embargo, los pedidos están ahí y constatan que aquí se valora lo hecho a mano, la calidad y lo propio. De hecho, esta cuestión también se deja ver en la gama cromática que usa su creadora. “Creo que siendo gallega, el color es realmente importante. Opté por el verde [en el logo de la marca] en referencia a la propia hoja del grelo, y las telas siempre son coloridas, intentando evocar al verano y a las ganas de disfrutar y vivir”, asegura.
Estos materiales se siguen encontrando de la forma original. “Así nació, rebuscando cerca de casa. Producir y fabricar todo aquí tiene un coste, eso es así”, remarca, pero es consciente de la importancia que tiene “el apoyo al pequeño comercio”, una de las bases de Grelo Studio y que “tiene suma importancia en esta marca”.
A nivel personal, Rodríguez asegura que esta iniciativa es, sin duda, un espacio propio. “El trabajo manual evade de la realidad, te da un remanso de paz” dentro de un mundo que va a mil por hora. Así encontró su sitio dentro de la creatividad, el “otro mundo” que se compagina diariamente con la ingeniería, pero que ahora presume de diseños a lo largo de toda A Coruña.