Reportaje | Una tercera vida para la fábrica de papel da Mourela y el molino de "O Carrizo" en Neda

Reportaje | Una tercera vida para la fábrica de papel da Mourela y el molino de "O Carrizo" en Neda
El recinto llevaba 30 años cerrado I Jorge Meis

Cuando el río suena, en este caso el nedense Belelle, agua lleva. Muchos se preguntaban desde hace un tiempo qué iba a pasar en la Mourela Baixa con la propiedad en donde se ubica lo que fue la antigua fábrica de papel de la zona y posterior molino de Alejandro “O Carrizo”, cuyos familiares ostentaban hasta hace poco la propiedad.


Y es que el pasado mes de julio una pareja –Manuela Calderón, de Jaca (Huesca), y Xavier Pujol, de Barcelona– se ha hecho con los terrenos con una intención clara: “montar” su forma de vida y abrir el recinto a los visitantes. “Juntos teníamos hasta ahora un proyecto de educación ambiental y rehabilitación de paisajes agroganaderos. Es lo que nos gusta hacer, no solamente reparar todo tipo de patrimonio, sino ponerlo en valor mediante actividades”, explica el catalán. Se refiere a Riorcal, la granja ecológica de montaña que regentaban en la comarca de La Jacetania, en el Pirineo aragonés, ubicada junto al monasterio de San Juan de la Peña.


¿Y cómo han llegado de un extremo a otro de la península? Pues, como muchos foráneos, buscando mejores condiciones meteorológicas. “Llegó un momento en que nuestras expectativas estaban ya sobrepasadas y pensamos en cambiar de clima, hacia uno oceánico y costero, en donde nos alejásemos de los inconvenientes de la alta montaña, como pueden ser las fuertes heladas. Comenzamos a buscar cerca de nuestra casa, por el País Vasco, pero a medida que te acercabas a Galicia las propiedades eran más económicas y acabamos aquí, en Neda”, afirma Pujol.

 

Ni museo ni negocio

La pareja cuenta que se encontraron con una propiedad “que les encantó” y que estaba a punto de degradarse “irremediablemente”, después de permanecer cerrada treinta años. “Vimos que cumplía con esas necesidades que teníamos de restauración y decidimos comprarla”.


Ahora, con la propiedad ya en sus manos, se encuentran inmersos en un arduo trabajo de rehabilitación y, sobre todo, en un engorroso proceso administrativo para poder sacar adelante el proyecto. “Ahora mismo estamos en trámites con Augas de Galicia para tener todo en orden. Esperamos que continúen las facilidades y los apoyos como, por ejemplo, los que nos está brindando el Concello. Hemos recibido tónicos de voluntad desde el primer día”, remarca Xavier.

 

Un sinfín de posibilidades

El conocido como Pazo de O Carrizo alberga un sinfín de posibilidades. En él se encuentran las instalaciones de la vieja frábrica de papel –todavía queda, por ejemplo, un antiguo rodicio que recibía la fuerza del agua o una pileta de piedra donde se machacaban trapos viejos y velas– y posterior molino. 

 

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Pujol muestra los vestigios de la pila y el antiguo rodicio I Jorge Meis


El recinto cuenta también con una zona en la que se guardaban los animales y un pequeño horno de piedra en donde se elaboraba pan. “No solo hablamos del molino, las piedras, las salas de moler... sino de todas las infraestructuras parejas como las compuertas y los cubos”, apunta Pujol, que restaurará cada uno de los elementos.


El objetivo es que los visitantes puedan conocer qué es lo que se hacía antaño en el molino, además de comprender todo lo que supone, y suponía, una vida en el rural. “Desarrollaremos este proyecto en base a tres puntales: el primario, con la producción agrícola y ganadera; el secundario, con la transformación a través del molino; y el terciario, con los servicios interpretativos y culturales que ofrecemos a las personas”.

 

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El proyecto incluye una pequeña granja con animales domésticos como vacas, gallinas o caballos I Jorge Meis


La intención de la pareja es tener, además, una pequeña granja con animales domésticos y convertir una plantación de eucaliptos en un bosque con especies autóctonas. “Queremos convertirlo en un bosque atlántico. Será una forma de mejorar la biodiversidad de la finca y del entorno”, explica el catalán.

 

Reliquias

Los muros que rodean este pazo –en el que se realizaban antaño las fiestas en honor a San José, con la función religiosa y procesión a la orilla del Belelle– albergan auténticos tesoros que nos trasladan, a simple vista, a otra época de la historia.

 

 La maleza escondía hasta hace poco, por ejemplo, la antigua camioneta que Alejandro “O Carrizo” –del gremio de una conocida familia de panaderos nedenses– utilizaba para ir a las aldeas a comprar el trigo, el maíz o el centeno para, una vez molido, suministrarlo a los hornos y almacenes de toda Ferrolterra.

 

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Antigua furgoneta de reparto de Alejandro "O Carrizo" I Cedida

 

También una prensa artesanal con la que realizaban sidra casera o dos piedras de molienda que el anterior propietario adquirió y que pretendía modificar, debido a que los molinos eléctricos franceses funcionaban en el sentido contrario y las muescas no coincidían con la infraestructura. Otra de las reliquias que la pareja restaurará –e incluso empleará– será un antiguo arado.  


Ahora, solamente queda esperar a que pase el tiempo y que Xavier y Manuela nos abran las puertas de lo que también será su casa para disfrutar de la tercera vida del molino de O Carrizo. “Esperamos poder abrir el próximo verano”, comentan. 

Reportaje | Una tercera vida para la fábrica de papel da Mourela y el molino de "O Carrizo" en Neda

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