El pasado lunes 28 de abril, España vivió una situación inédita con un apagón generalizado que dejó sin luz, comunicaciones y transporte a casi toda la península, un problema que afectó incluso al país vecino de Portugal. Esta situación, impensable para muchas personas, no resultó extraña para un grupo de viviendas y un local de hostelería ubicados en la zona rural de San Xiao, en el municipio de Cariño.
Y es que, tal y como contó en su momento este Diario hace casi un año, en junio de 2024, Ana María Quiza y su hija Natalia Novo –dos de las vecinas del lugar– subsisten sin suministro en pleno siglo XXI. “Nosotras seguimos viviendo con los generadores. Tenemos dos porque son como los motores para los coches: si se estropea, necesitas tener otro disponible”, explica Novo, apuntando que los usan para las cosas normales del día a día, “la nevera, la lavadora...”.
Lo único que percibieron estas dos vecinas, distinto a su día a día, fueron las dificultades para comunicarse por teléfono o por internet. “La cobertura sí que se nos fue, pero, por lo demás, para nosotras fue un día normal, al no estar enchufadas a la red”, lamenta Natalia. “Después la gente nos comentaba que vivieron esta situación asustados, pero es lo que nos toca vivir a nosotras a diario”.
Esta vivienda completamente reformada en la que viven madre e hija se encuentra en una zona de Cariño cuyos postes eléctricos se colocaron en su día para llevar la luz hasta el faro de Cabo Ortegal –en la actualidad se alimenta de placas solares, por lo que están inoperativos–.
El Ayuntamiento anunció en su momento que había iniciado los trámites con la Autoridad Portuaria –propietaria de los terrenos– para dar solución al problema, cuya gravedad se comprende mejor ahora con lo acontecido hace unos días. “Nos prometen una solución como lo llevan haciendo muchos años. Es verdad que después de que se publicase el reportaje en el que se contaba nuestra historia, hablamos nuevamente con el Ayuntamiento. Nos dijeron que estaban en trámites, que habían mantenido una reunión con Fenosa, pero todavía no ha cambiado nada”, explica apesadumbrada Novo.
Esta vecina explica que la zona en la que residen se encuentra muy cerca del mar, por lo que “no se pueden poner postes por una cuestión de feísmo en el paisaje. La solución sería soterrar la línea y eso tiene un coste muy elevado y, para las pocas casas que somos, no quieren invertir tanto dinero”.
“Todo el mundo me lo decía: ahora vendes por Wallapop los generadores y te haces rica”, bromea esta vecina de Cariño, que incide en que en momentos como el vivido el pasado lunes, “te das cuenta de lo duro que es. Mis amigas me comentaban que, a sabiendas de que no tenían luz, le iban a dar al interruptor igualmente”, expone Novo.
La joven explica lo complicado que es vivir dependiendo de los generadores. “Los tenemos en una pequeña cabaña fuera de la casa porque no podemos estar controlando todo el tiempo los gases que producen, por lo que no los podemos tener enchufados dentro de la vivienda. Si se produce cualquier problema, el generador hace una mala combustión y produce monóxido de carbono, por lo que nos podríamos intoxicar y no nos damos cuenta, porque no tiene olor. Es bastante peligroso. Creo que estos días sucedió algo así con el apagón”, lamenta.
Por este motivo, aunque la situación vivida hace unas jornadas invite a muchas personas a sopesar la posibilidad de contar con un generador, Novo incide en que “dan muchos problemas y son muy caros. No lo podrías tener dentro por los gases y emiten muchísimo ruido. Aunque los modernos son más silenciosos, habría que ponerle una caja por fuera para insonorizarlo. En un piso lo veo inviable. Quizás para una casa de campo, pero hay que tener en cuenta, también, que requieren mucho mantenimiento”, remarca, recordando la inversión que hicieron para poder contar con suministro. “El último que compramos, el de gasoil, nos costó sobre 7.000 euros”.
Por su parte, desde la distribuidora de electricidad del Grupo Naturgy (UFD), afirman conocer la situación que viven estos vecinos y vecinas de Cariño, aunque remarcan que “no consta ninguna solicitud de suministro eléctrico formal en la zona para atender dichas viviendas”.
En este sentido, desde la compañía exponen que “en el momento en el que lo soliciten, se podrá analizar mejor la solución técnico y económica, en arreglo a la legislación vigente”.