LOS chicos y chicas, señoras o señores que se encargan de llevar la imagen y comunicación de la vice y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, llevan sin dormir horas. Pobres. Primero ven como la líder de Sumar recibe una bofetada con toda la mano abierta de Podemos en su decreto, mientras que los de los socialistas salvan los suyos haciendo venir al jefe del sillón de casa. Luego Yolanda ve como los empresarios se levantan de las negociaciones por la subida salarial y ella para castigarlos les sube un punto más (5% el salario mínimo). Eso significa un problema para el empleador, aunque el trabajador pagará más impuestos. Veremos como acaba. A la vista de la semana horribilis de la ministra gallega, pues nada, hay que lavar la cara. Así que corre a Galicia para entregar con lágrimas en los ojos a su papá (merecido, seguro) un premio de UGT y luego corre mucho más para ir a una playa para mojarse las manos haciendo que recoge pellets. Imaginamos que al séptimo día la pobre algo descansará de tanto ajetreo y malos tragos.