Llegado el verano el arenal y el entorno de Cabanas se convierte en punto de encuentro de miles de personas: residentes, visitantes y veraneantes. El caótico aparcamiento ha sido regulado, pero con un control que a muchos no les hace ninguna gracia. Si pasas más de una hora en el estacionamiento, será de pago. Los residentes no tienen que abonar tarifa alguna y el dinero recaudado redundará en la mejora del paseo, la playa y el pinar, o sea que ni tan mal. Ahora bien, una jornada en el “paraíso” tendrá su precio.