Consejos vendo, podría llevar Donald Trump tatuado en ese brazo con el que pensaba darle al botón de lanzar misiles sobre laboratorios de droga en México. A su entender, los mexicanos “no tienen control de su propio país” y una buena solución sería disparar varios misiles Patriot y eliminar esos laboratorios. “Nadie sabría que fuimos nosotros”, decía el estratega. Al menos en este caso la intención última era el bien común, no como cuando sugirió que se disparase contra los manifestantes de Black Lives Matter. Se ve que a Trump le va la marcha. Y lo mismo planea un ataque en un país extranjero que plantea la idea de cortarle la cabeza a un líder de Estado Islámico abatido y exhibirla como método de persuasión. Las injerencias y los crímenes de guerra no están en su vocabulario. Como tantos otros términos.