El señor que vive ahora en la Casa Blanca está como el emoticono enfadado del WhatsApp, rojo como la grana y lanzando improperios. Un tribunal ha dicho que se ha extralimitado en sus funciones al imponer aranceles a medio planeta y que debe recular. Parece que le va a tocar renegociar acuerdos comerciales, pero desde una posición más humilde. Difícil reto. Y sin su (ya no tan) amigo Elon Musk para apoyarle.