Este Pleno de Ribadumia fue de sitios. Hubo quienes se cambiaron de sitio, como las concejalas Mar Moimenta y Pilar Martínez, que dejaron la cabeza de la mesa, junto al alcalde, para irse a un extremo. Era la imagen gráfica del divorcio político. Más bien, un cese de la convivencia, porque las dos ediles siguen en el grupo de alcalde, IR, aunque se apean del gobierno. Después, el socialista Pepe Lede quiso poner en su sitio a los independientes y utilizó los ruegos y preguntas para una dura valoración del mandato. En mayo, serán los vecinos los que digan donde se sentará cada uno.