el escándalo del sindicato de limpieza es de lo más cruel. Los encausados, presuntos, no solo estafaban a la pobre gente que quería trabajar en el sector, sino que además lo hacían con chulería y coacciones. Tal cual una película de mafiosos. Los que pretendiesen integrase en el sector debían abonarles una mordida mensual para poder emplearse en cualquiera de las concesionarias del servicio. Estos métodos de macarras les daban impunidad para darse a la vida padre, con lo que hacen siempre estos elementos, a saber, coches de lujo y fincas rústicas. Mientras por un lado se piden altas calificaciones para acceder a un puesto de trabajo, por el otro, un porcentaje del sueldo es suficiente para mantenerse ocupado y no ir al paro. Urge una investigación profunda, porque lo más probable es que no se trate de un caso aislado dado el entramado de empresas que existen alrededor de las amplias concesiones que existen y muchas sin control de nadie, solo de la buena vida.