Los que empujan carritos de bebé, los que se ayudan de un bastón, los que llevan un niño de la mano o cualquiera que no quiera jugarse el físico cuando camina por la calle respiran más tranquilos, ahora que el Ayuntamiento ha establecido en la ordenanza de movilidad que bicicletas y patinetes no pueden circular por la acera. Ya no hay excusa ni vista gorda posible. Por fin.