Lo bonito del deporte es que a veces –más de lo que parece– es impredecible. El ejemplo lo tenemos en el Racing, que hace una semana estaba, o eso decían muchos, sentenciado o condenado al descenso (¡a comienzos de diciembre!) y ayer, fuera de casa, en uno de los templos del fútbol español, logró los tres puntos. Fútbol es fútbol (y confianza siempre).