Se ve que al pobre Putin no solo le faltan efectivos para sus tropas, también anda justo de comparsas. A saber: actores que hagan de figurantes en sus apariciones públicas. Por lo visto el presidente ruso ha calculado igual de bien las fuerzas que necesita para invadir Ucrania y los intérpretes que le hacen falta para que sus teatrillos puedan colar como eventos reales. La industria cinematográfica es dura, Vladimir. No se puede escatimar con las contrataciones, que luego uno queda como un mentiroso; y lo que es peor, como un cutre. La cosa es que hay analistas de la propaganda del Kremlin ojo avizor en busca de fallos con los que desmontar el mensaje y se han encontrado con unas cuantas caras conocidas que lo mismo arropan a su líder en el discurso de Año Nuevo vestidos de militares, que como marineros a bordo de un barco. O en una acampada, un desayuno de trabajo, un servicio religioso... Dotes actorales no sabemos, pero dedicación y versatilidad no se les puede negar.