la fatalidad ha querido que el pequeño Leo no haya podido superar la enfermedad rara a la que se enfrentaba desde su nacimiento. Ese déficit de proteína B que le provocaba problemas respiratorios fue demasiado potente para su organismo. Meis llora y acompaña a sus padres y familiares en este trance tan doloroso. Su lucha no ha sido en vano y gracias a la ola solidaria que comenzó desde el CPI Mosteiro, se extendió a todo Meis, de ahí a O Salnés para pasar a Arousa, a toda la provincia y a Galicia entera, para llegar al Parlamento donde se aprobó por unanimidad la concesión de ayudas para los que tienen que desplazarse para acompañar a un familiar a recibir un tratamiento fuera de la comunidad. No consuela, pero es un legado, el de Leo, un pequeño gigante que pervive en la memoria.