Todo coruñés que haya soplado 30 o más velas se acuerda perfectamente de dónde y con quién estaba aquel viernes del mes de mayo del año 2000. Imposible olvidarlo, por muy embriagadoras y efusivas que fuesen las celebraciones posteriores a la consecución del título de Liga. Hay un antes y un después en las vidas de los miles y miles de deportivistas de A Coruña y de todo el mundo a los que el fútbol les debía una después del bofetón del penalti de Djukic, de lleno en los ‘fuciños’. La película de aquel histórico Deportivo-Espanyol, recordada ayer por El Ideal Gallego y DXT en el salón Arao de Palexco junto a sus protagonistas, está grabada para siempre en la memoria de todos los coruñeses. Y ahí sigue y seguirá, porque a los que no lo vivieron, se lo contaron, y ellos se encargarán de transmitirlo a los que vendrán. Uno de nueve clubes. Una de siete ciudades. Orgullo eterno después de la noche más larga. Tan larga, que durará para siempre. Cómo nos vamos a olvidar.