Seis temporadas sin tocar la máxima categoría, cuatro fuera del fútbol profesional, tocando puestos de descenso a la cuarta categoría del balompié español por primera vez en la historia y después de un ridículo mayúsculo en Irún cuando todo parecía que volvía a su cauce, cualquiera en sus cabales pensaría que Riazor presentaría el sábado un aspecto desolador, que los ánimos estarían por los suelos y que nadie se jugaría el cogerse un resfriado para seguir sufriendo. Pero... en A Coruña parece que estamos hechos de otra pasta. Se ha interiorizado esa tan recurrente frase de ‘no trates de entenderlo’ y, aunque ninguno lo entendemos, Riazor sigue dando envidia a propios y extraños. 18.557 almas este fin de semana, que aun sabiendo todo lo citado al principio, continúan en el barco sin dejar de tocar ni un solo instante. No vieron el mejor fútbol, pero se llevaron la alegría de los tres puntos. 21.500 músicos de media esta temporada. No traten de entenderlo.