El jazz es como las anguilas o los caracoles. No es un plato de consumo masivo y no son pocos los incapaces de saborearlo, de disfrutarlo, de entenderlo. Pero quien lo prueba y lo hace suyo ya no lo abandona jamás. Para esos sibaritas la cita en agosto es Jazz de Ría, un festival que llega a su séptima edición y que a los escenarios de Narón, Neda y Cedeira suma este año a Valdoviño. Algo atrás van quedando aquellos primeros pasos en rincones singulares de Ferrol y Mugardos. Así, sin prisa, pero con las pausas justas, adaptándose a las circunstancias, se vienen momentos que la Inteligencia Artificial no alcanza a entender.