van dos días este mes en los que Vilagarcía se está ganando el título de la Venecia pontevedresa. La calle Rey Daviña volvió a querer ser el canal principal, porque en cuanto cae una tromba de agua, es la primera donde es imposible pasar. Al menos si usted no quiere tener el agua hasta el tobillo. Que hasta ahí subió la de ayer. Ni tan mal si se compara con lo de hace unos días, en los que el agua, hasta la rodilla, entró también a los comercios de la zona. Rosalía de Castro fue, una vez más, otra de las zonas tragadas por el agua. Suma y sigue. La cosa no fue mejor a las orillas del Umia. El río se desbordó en varios puntos de la comarca, como en Cabanelas y Pontearnelas, donde esto también comienza a no ser noticia.