NO sospechaba James Rhodes que un incidente imponderable le iba a robar protagonismo en su esperado pregón en la Festa das Peras de Pontedeume. En el esperado encuentro del “mómaro” con la cabezuda, y una vez revisado por el VAR, se aprecia un choque fortuito de cabezas que dio con los dos gigantones por los suelos. La casa con la que consiguieron salir de la estructura es para enmarcar. Por eso —con la venia del pianista que no tocó— vaya hoy nuestro homenaje a todos esos figurantes que aguantan pesados trajes o estructuras imposibles para diversión ajena. Id con tiento.