Este agosto ha estado y está protagonizado en las parroquias gallegas por dos hechos, uno positivo y otro negativo. No hay localidad que no cuente en estos días con algún tipo de fiesta o celebración pero también son cada vez más las zonas que se ven afectadas por incendios de mayor o menor virulencia. Aunque aparentemente nada tenga que ver una cosa y otra sucesos como el acontecido en la parroquia naronesa de Castro, aunque afortunadamente no tuvo graves consecuencias, demuestran que también con las fiestas hay que tener precaución. Una bomba de palenque cayó sobre unos matorrales provocando un incendio que pudo paliarse gracias a la acción de los bomberos. Las brigadas forestales estaban atendiendo cuestiones de mayor envergadura, por lo que la suerte también tiene su papel. Hoy mismo en Cedeira, donde se celebra su tradicional jira, se ha prohibido el encendido de hogueras o brasas. La seguridad es lo primero.