Es lo que tienen los contenedores: que lo mismo te sirven para transportar excavadoras que te apañan un envío de setas a cualquier rincón del mundo. El Puerto de Ferrol lo tiene claro. Y también tiene claro que no sólo de eólica marina vive el hombre. Que de vez en cuando hay que llevarse algo a la boca. ¿Hongos? ¿Por qué no? El acuerdo cerrado con la china Qihe Biotech supone una nueva oportunidad de negocio, cincuenta puestos de trabajo que sumar a esa montaña que se construye granito a granito, y -quién sabe- a lo mejor un futuro en que Ferrol salga en el mapa con un hongo de campeonato