Las personas que habitualmente conducen por las pistas del rural de Vilagarcía son pilotos de primer nivel y con una intuición fuera de lo común. Muchas de estas carreteras carecen de señalización horizontal a causa del desgaste del tiempo y en las noches oscuras y lluviosas como las que estamos teniendo casi resulta milagroso dar las curvas a tiempo. El Concello ha captado el problema y se dispone ahora a marcar las líneas y dotarlas de más señales para una conducción más segura. Lo mismo harán con los pasos de peatones en el centro de la ciudad en otra medida de seguridad vial para aplaudir.