Como en el concurso de chefs de la televisión, el tiempo de que el Deportivo rebuscase en el mercado para localizar los ingredientes apropiados con los que cocinar la receta que lleve al equipo al éxito ha terminado. Lo que queda ahora es confiar en que la selección sea la adecuada y el guiso no salga soso. Dicho, por supuesto, sin ánimo de cosificar a los futbolistas (nadie salte a la yugular, máximo respeto por os nosos).