Pocos torneos tan apasionantes y auténticos como la Copa Ferrol de fútbol, que ayer vivió en el campo de hierba natural de A Gándara sus dos finales. No pudo hacer doblete O Val, cuyo equipo femenino venció con claridad (5-0) al Perlío pero no así el masculino, que fue superado (3-1) por el Galicia de Mugardos. Pero más allá de lo estrictamente competitivo, lo que volvió a quedar claro –las gradas llenas fueron el mejor reflejo– es que el fútbol modesto mola mucho.