Pues Óscar Puente fue obligado ayer a comparecer tras el consejo de ministros para ‘suavizar’ sus opiniones sobre el presidente argentino, pero no lo hizo en un escenario adecuado y se le fue la lengua. Vamos, que el hombre es lo que piensa, pero debió de creer que estaba en el salón de su casa y no en un acto público y en presencia de medios de comunicación. En fin, que la cosa es que Javier Milei ahora tendrá que decidir si visita a Sánchez en su próxima gira o solo visita al monarca para cumplir con el protocolo. En una palabra, o le saca los colores al inquilino de La Moncloa o pide el comodín de Felipe VI para dejar constancia de que las relaciones entre ambos países no va a cambiar por culpa de un hooligan.