La palmera no es precisamente un árbol autóctono de Galicia y sin embargo pocas localidades hay sin que sus ramas luzcan en todo su esplendor formando ya parte de nuestro paisaje habitual. La verdad es que embellecen las alamedas y los lugares en los que se plantan, pero de unos años a esta parte se han visto afectadas por la plaga del picudo, un insecto que las mata en vida hasta el punto de que una buena parte de ellas tienen que talarse para que no ocurra lo del domingo en Cambados, cuando una enorme rama cayó encima de un hombre que estaba tomando algo en una terraza. Como consecuencia de ello, el Concello podará las ramas enfermas y exigirá a Portos que cumpla su parte en las zonas de su competencia para no tener que apechugar con todos los gastos.