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sábado | 14 diciembre | 2024
Tal día como este domingo, hace 25 años, los ferrolanos se reunían en la plaza de Armas para ver a través de un monitor de televisión el que fue el último eclipse de sol del milenio, un fenómeno que desató en su momento toda clase de profecías apocalípticas y también una seria preocupación por parte de los oftalmólogos.
En el número 70 de Diario de Ferrol, del 10 de agosto de 1999, el óptico Alfonso Rey-Cabarcos aconsejaba que “si después de observar el eclipse se ve una niebla que cubre el punto hacia donde se mira y dificulta la visión, se acuda Urgencias” y añadía que, “si no se tiene protección, lo mejor es verlo por televisión”.
Desde el Colegio de Ópticos y Optometristas de Galicia daban algunas pautas como “no usar un cristal con ahumado casero hecho con mechero o cerillas”, hacer exposiciones breves, emplear unas gafas especiales homologadas y no las de sol, no dejar solos a los niños durante el fenómeno y “no emplear sistemas ópticos de aumento”.
Aludía la previa a que “en Ferrol, este fenómeno astronómico alcanzará su máxima visibilidad a las 12.03, hora en la que un 81% de la superficie solar quedará oculta tras la luna”, con lo que la ciudad “recibirá aproximadamente tres cuartas partes menos de luz” y, por lo tanto, “la oscuridad se hará patente a simple vista”.
Enumeraban que el siguiente se produciría en 2005 (así fue, el 3 de octubre), pero “todavía habrá que esperar a 2026 para que Galicia pueda asistir a un eclipse total de sol” que, en efecto, se producirá el 12 de agosto.
Al día siguiente, en el número 71 de este diario, se informaba de que “un sistema de televisión ofrecerá el eclipse desde la plaza de Armas”. Era la concejalía de Cultura e Educación la que sufragó el sistema colocado por Iris Producións, que contaba con dos cámaras y un monitor de 28 pulgadas que funcionarían de 10.30 a 13.30.
Decía el titular de la crónica del día después que “Cientos de ferrolanos contemplaron el eclipse a través de un monitor”, confirmando además que “a pesar de las profecías apocalípticas que predecían el fin del mundo, todo sigue igual que antes de haber vivido el último del milenio”.
Explicaba Diario de Ferrol que el goteo de gente fue constante durante toda la mañana y preguntaba al gerente de Iris Producións, Mangi Caldevilla, cómo surgió la iniciativa: “Xurdiu ante as expectativas que estaba creando o tema da eclipse, xunto coas dificultades que tiña a xente para facerse cun sistema de protección”, aseguró.
También el edil de Cultura, Xurxo Pena, reconoció que todo surgió de repente, que se enteró el día anterior “e non tivemos tempo de facelo mellor nin de instalar unha pantalla máis grande, pero pensamos que era mellor así que non facer nada”, dijo, en relación a las críticas de parte de la ciudadanía que se quejó por el tamaño del monitor.
Aunque el día amaneció con niebla, se fue disipando a lo largo de la mañana y “dejó el cielo despejado y en condiciones excepcionales para la observación del fenómeno”. La temperatura llegó a descender un grado durante las 12.03, el momento culmen, según la medición del observatorio meteorológico de Montefaro.
Por su parte, Arquitecto Marcide reforzó su servicio oftalmológico de urgencia; pero la crónica asegura que “la gran repercusión que tuvo en los medios, minimizó las imprudencias a la hora de contemplar el cielo”. También hace mención a “la niña del eclipse”, Noelia Rodríguez Piñeiro, cuya madre, María Luisa Piñeiro Leira, dio a luz exactamente a las 12.00 en el hospital ferrolano, de ahí el anecdótico sobrenombre para una pequeña que estará cumpliendo 25 años y a la cual, cómo no, aprovechamos para felicitar.
