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domingo | 28 abril | 2024
La Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao está, a día de hoy, atravesando una etapa de transición. Por una parte, los diferentes proyectos en el horizonte, incluida la reactivación de la planta de Alcoa, parecen anticipar un importante incremento en su actividad a medio y largo plazo. Por otro, la situación de las dársenas lucenses siguen pasando factura al ente liderado por Francisco Barea, que cerró octubre con una caída general tanto de los tráficos acumulados desde enero –de un 26,3%, pasando de 9.744.381 toneladas en 2022 a 7.183.366 en 2023– como en los del propio mes –de 891.684 a 698.399, un 21,6% menos–, según los datos del último informe de Puertos del Estado, publicado esta semana.
Y es que, como se señaló en análisis anteriores, tras el cierre de Endesa, que supuso la pérdida del que hasta entonces era el activo más importante del Puerto, el carbón, la crisis de Alcoa San Cibrao ha sido el segundo gran varapalo de la Autoridad Portuaria. En este sentido, la reactivación de la planta traerá consigo una recuperación parcial del sector de los graneles sólidos, aunque los retrasos que acumula y la previsión de arranque total podría seguir afectando el balance del organismo ferrolano durante todo el año que viene –en un inicio se iba a reactivar a mediados del presente noviembre, aunque finalmente se hará en enero, con un horizonte de plena actividad que apunta a 2025–.
Centrándonos en las áreas de actividad de forma independiente, los graneles sólidos, como ya se mencionó, son el sector que más está lastrando los resultados de la Autoridad Portuaria. Según el informe de Puertos del Estado, las cargas y descargas de este tráfico sufrieron una caída acumulada desde enero del 44,9%, pasando de las 5.867.719 toneladas del año pasado a las 3.232.744 del presente. En términos mensuales, la caída fue menos pronunciada, del 11,7%, moviéndose 367.685 toneladas frente a las 416.694 de octubre del año pasado.
En oposición a esta área se encuentran los líquidos, que acumularon el pasado mes un nuevo incremento. A nivel acumulado, las dársenas de la ciudad naval movieron 3.089.587 toneladas desde enero, un 1,1% más que en el mismo período de 2022 (3.055.373). No obstante, sí se experimentó una caída importante, del 25,5% –pasando de 379.158 a 282.306 toneladas–.
Por otro lado, las diferentes áreas que componen el sector de las mercancías cerraron octubre con resultados mixtos. En términos generales, este segmento de negocio continúa acumulando resultados positivos desde enero, registrando un incremento del 4,9% –pasando de 809.752 a 849.696 toneladas–, pero al mismo tiempo una caída del 49,5% respecto a octubre del año pasado –de 94.445 a 47.619–.
Sin embargo, si hay un resultado destacable, principalmente por su excepcionalidad, es el registrado en el área de contenedores, que despidió el pasado mes con uno de los pocos balances negativos en la historia de este segmento. La caída se dio tanto en volumen de mercancía transportada (-12,9%) como en las unidades decargadas (-15,6%). No obstante, si se analizan las cifras mensuales se puede observar que, al igual que la mercancía general, este descenso responde a los resultados del mes de octubre y no de todo el año.
El sector de los cruceros se perfila como una de las áreas de negocio con mayor potencial de crecimiento para la Autoridad Portuaria. Este segmento, debido a las restricciones sanitarias, fue de los que mayor actividad perdieron durante la pandemia, siendo además de los pocos que no logra alcanzar las cifras previas al estallido de la epidemia. Afortunadamente, la tendencia está cambiando y, al menos en número de buques, el balance de los dos últimos años ha sido realmente positivo –14 cruceros en cada ejercicio–.
Curiosamente, dada la variedad en la oferta de este sector, en 2023 cayó el número de pasajeros frente a 2022. Esto, si bien puede parecer un dato negativo a simple vista, realmente muestra una diversificación dentro del propio negocio, dado que, aunque se redujo el número de buques de gran capacidad, algunos de los que visitaron la ciudad naval eran de un perfil más refinado y para viajeros con un poder adquisitivo mayor, como fue el caso del exclusivo navío científico “Fridtjof Nansen”.
