La sonrisa del Gran Hotel de Ferrol se despide con el cariño de los suyos

María José Rubiños Sanz se jubila y todos sus compañeros y compañeras quisieron arroparla en un día emotivo
La sonrisa del Gran Hotel de Ferrol se despide con el cariño de los suyos
María José Rubiños, con sus compañeros del Gran Hotel de Ferrol, el pasado martes en su despedida | Daniel Alexandre

El Gran Hotel de Ferrol vivió el pasado martes un momento muy especial. Su trabajadora más veterana, María José Rubiños Sanz, se jubila, y todos sus compañeros y compañeras quisieron arroparla en un día emotivo que pone fin a un vínculo laboral de más de dos décadas pero que deja intacto el que a lo largo de todo este tiempo se ha creado y fortalecido con, más que compañeros de trabajo, como ella mismo decía, sus amigos.


El director del hotel, Alfonso Rey, destacó “lo buena que es: generosa, solidaria y siempre con una sonrisa en la boca y dispuesta a ayudarnos a todos nosotros. Ha sido un lujo tenerla de compañera. La vamos a echar de menos”. 


María José ha trabajado en el Gran Hotel de Ferrol como camarera de piso desde su apertura, aunque su relación con la familia propietaria se remonta incluso tiempo antes, en el Hotel Valencia de Catabois, donde estuvo otros cinco o seis años. “Son muy buena gente, buenos jefes y siempre fueron comprensivos conmigo: es un hotel muy familiar, muy cercano”.


Estos lazos provocan en la ya jubilada una mezcla de alegría y tristeza. “Sí, no lo voy a negar, porque, quieras que no, esto es parte de mi vida y de mi rutina”, afirma antes de que los ojos se le inunden de lágrimas cuando habla de sus compañeros. “Son geniales, no los pude tener mejores, sin ninguna duda”, explica. 
 

El carácter “familiar” del hotel alcanza también a la otra parte, la clientela. “Hay personas que por motivos de trabajo son casi fijas, ya son parte también de la vida del hotel”, comenta. Ahora, María José empieza una nueva etapa en la que le dedicará “más tiempo a mi familia y también a mí misma. A disfrutar de la vida; es el momento”, dice con una sonrisa. 

La sonrisa del Gran Hotel de Ferrol se despide con el cariño de los suyos

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