El Cristo que no quiso marcharse de Ferrol

La procesión del Cristo de los Navegantes cumple 75 años yendo por las calles de Ferrol Vello, pero poca gente conoce el origen de este recorrido que reúne allí a todas las gentes del mar
El Cristo que no quiso marcharse de Ferrol
El Cristo de los Navegantes a su paso por el Arsenal | Jorge Meis

El Miércoles Santo en Ferrol es sinónimo del Cristo de los Navegantes. La Cautiva de la Merced, el Cristo del Perdón y la Virgen de los Desamparados de la Angustia, además de la procesión penitencial de Dolores comparten protagonismo en la misma jornada, pero las gentes del mar se vuelcan en una manifestación popular que año tras año congrega a cientos de personas en la parroquia del Socorro del barrio de Ferrol Vello. 


Precisamente, tanto la imagen procesional de Enrique Carballido —réplica de la primitiva, que está al culto en la iglesia— como la procesión, cumplen 75 años y la Cofradía de la Soledad, que la organiza desde hace dos años, ha querido celebrar diversos actos conmemorativos, entre ellos una conferencia de Pedro Javier González, historiador del Arte, que ha profundizado el pasado lunes en una ponencia que se llevó a cabo en la Sala Curuxeiras del puerto ferrolano.


El experto ha descubierto que las primeras referencias documentales de la Cofradía del Cristo de los Navegantes datan de 1620, venerando a una imagen que se encontraba en la iglesia parroquial de San Julián, pasando a la capilla de San Roque cuando el templo se derrumbó. A mediados del siglo XIX es cuando aparece citada el Socorro y, consciente de que “hay leyendas que dicen que vino en un barco y que cada vez que quería salir de Ferrol había una tempestad”, González determina que esto es “algo hermoso y legendario” de lo que no se dejó constancia antes de 1920. 

 

Es un "lugar común", además, que podemos encontrar en otros lugares, también de Galicia, para explicar la llegada de diversas imágenes. La primigenia procesión ferrolana, que se celebró por primera vez el 13 de abril de 1949 estaba organizada por el estamento militar y fue el pueblo quien ganó protagonismo después hasta convertirse en la más popular de la Semana Santa ferrolana.

El Cristo que no quiso marcharse de Ferrol

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