“Los bancos siguen incluyendo cláusulas abusivas en sus contratos hipotecarios”

“Los bancos siguen  incluyendo cláusulas abusivas en sus contratos hipotecarios”
José María Euraskin en su última visita a Ferrol, donde lleva varias causas judiciales daniel alexandre

José María Erauskin, del despacho vasco Abogados RES, es uno de los letrados más entendidos en asuntos hipotecarios del país y varios casos de este tipo en Ferrol le han llevado ha mantener una estrecha relación con la ciudad, aunque siempre se ha mostrado especialmente crítico con las resoluciones de sus juzgados.
Actualmente, además de ser el letrado en algunas de estas causas, colabora con las plataformas antidesahucios.

Siempre se ha mostrado muy crítico con la disparidad de criterio que existe, especialmente, en los juzgados de Ferrol respecto a los de otras ciudades. ¿Por qué cree que se da esta situación?
Todo esto deviene de la libertad que tienen los jueces para poder interpretar las normas según su leal saber y entender. Cuando el criterio de un juez de Ferrol no coincide con el de Pontevedra y el de Lugo, lo que urge es que desde el TSXG, en este caso, se uniformen criterios. Lo que no puede ser es que un mismo contrato lleve a un desahucio en Ferrol y al archivo en Pontevedra. Por eso es necesario que una institución superior uniforme criterios, en el sentido que sea, para que no haya esa disparidad.

Uno de los casos más ejemplificativos de esto se dio con un cliente suyo en Ferrol.
El caso de Marcos Guerreiro, afectado por el IRPH; fue muy representativo de esto aunque no se diese dentro de la misma comunidad autónoma. Se dio la circunstancia de que siendo objeto de juicio el mismo documento, emitido por la misma entidad bancaria y con la misma representación letrada, tanto por parte de Marcos como de la UCI, en Álava fue estimada íntegramente la demanda y en Ferrol fue desestimada.
Además, las mismas pruebas que aporta el banco y que el juzgado mercantil de Vitoria de-secha una por una por no tener la entidad o el valor suficiente, en Coruña son válidas.

¿Cree que la última sentencia del tribunal europeo contraviniendo al Supremo español puede cambiar esto?
Lo que ocurrió en España fue que el Supremo dijo que aún considerando las cláusulas nulas no procedía devolver todo el dinero, porque eso pondría en riesgo el orden público económico, la estabilidad de los bancos, en definitiva.
Europa ahora no se mete en si el juez considera nulas o no las clásulas, pero sí dice que en caso de que se consideren abusivas y por lo tanto nulas, las consecuencias no pueden depender de la voluntad del juez de turno. Las consecuencias son las que la ley marca y esta dice que la cláusula se expulsará del contrato, se tendrá por no puesta y habrá que devolver todo aquello que se detrajo por su aplicación. Cualquier efecto de esa cláusula tiene que ser reparado, desde el principio.
La normativa europea señaló que no se vinculará al consumidor con esa cláusula. Sin embargo, sí aquí se estaba devolviendo solo la mitad (hasta octubre de 2013), sí me estás vinculando con parte de esa cláusula, porque hay una parte que no me das. Pero para eso hace falta que un juez diga que es nula.

¿Cuáles son las principales cláusulas que han sido consideradas nulas o abusivas?
Menos el nombre del cliente y la fecha, casi todo es abusivo en este tipo de contratos. El tamaño de la letra en los contratos no puede ser inferior a un milímetro y medio, en los hipotecarios eso no ocurre. La comisión de reclamación por no pagar a tiempo el préstamo, es decir, si te pasan el préstamo el día 5 y lo pagas el 8 te cobran, por ejemplo, 30 euros. Eso ha sido declarado nulo porque el banco ya te va a cobrar un interés de demora.
Otro muy claro ha sido el de los gastos del contrato. Es muy habitual que todos los gastos repercutan en el cliente. Por ejemplo, los gastos de notaría tiene que pagarlos aquel que está interesado en el servicio del notario, que es el banco, ya que es la garantía que tiene. Los gastos del registrador, lo mismo. ¿A quién le interesa ir al registrador? Al banco, pues los tiene que asumir él. En los impuestos hay que hilar más fino, pero es fácil saber quién es el obligado tributario. Igual que el IVA lo paga el que compra la casa y el impuesto de transmisiones el que la vende, el impuesto de actos jurídicos documentados de la hipoteca lo tiene que pagar el interesado en esa hipoteca, es decir, el banco. Pero lo ha estado pagando el consumidor y es el 0,5% de la cantidad del crédito, que pueden ser en una hipoteca media 1.500 o 1.600 euros.
El interés de demora es otro claro ejemplo de cláusula abusiva, porque todo lo que pase de 3 o 4 puntos el interés remuneratorio es abusivo. Y se han visto hasta del 18 por cierto. El vencimiento anticipado por impago de una sola cuota, es decir, que el banco rescinda un contrato porque te retrases en el pago de una cuota de las 400 que tienes.

¿Y esto todavía ocurre?
Pues aunque todo esto ha sido tumbado por el Tribunal Supremo el 23 de diciembre de 2015, ahora mismo, en la notaría de aquí al lado se está firmando un contrato que incumple todas esas condiciones. El banco lo cobra todo y a los que les reclaman les devuelven, pero se quedan con una parte importante de dinero de todos aquellos que no lo reclaman. Y todo esto se hace a sabiendas de que se está incumpliendo la ley.

¿Cuál es su relación con la ciudad de Ferrol?
El primer contacto con Ferrol fue a través de Aurelia y ahora, además de ese caso soy un colaborador cercano a la Plataforma antidesahucio. Echamos una mano en todos aquellos casos que tengan que judicializarse. Estuvimos el caso de Marcos Guerreiro y en el caso de Claudia, que es realmente penoso y en el cual, de hecho, vamos a hablar con el Ayuntamiento para que se involucre. Agotada la vía judicial no queda más que la vía política y social.

¿Cómo fue ese caso?
A Claudia le ejecutan la hipoteca antes de que se pudieran oponer cláusulas abusivas, antes del 2013. Le quitaron la casa hace cuatro años, sin que ningún juzgado se declarase competente hasta hace poco –el crédito se pidió en Ferrol y la casa estaba en el ámbito del partido judicial de Betanzos–. Además, tuvo la desgracia de que otra vivienda que consiguió se le quemó con todos sus enseres dentro y lo perdió todo. Pues el banco todavía le reclama deuda pendiente que no cubrió con su casa porque la entidad se la adjudicó por el 50% de su valor. Ella ya ha perdido su casa, lo ha perdido todo; ha perdido hasta su salud y siguen reclamándole dinero. Encima, para esa cantidad que le falta le ofrecen un préstamo.
Con Aurelia queremos que se acoja al decreto Guindos, al cual tiene derecho. Se trata de un código de buenas prácticas al cual las entidades que quisieron se adhirieron de forma voluntaria. Consiste en que cuando se demuestra que esta persona tiene problemas para hacer frente al pago de la hipoteca –si se cumplen unos requisitos, que ella cumple– se le dan cinco años de carencia en el pago de capital y paga solo un interés del Euribor más 0,25. Esto se hace a la espera de que en esos cinco años cambie algo de tu situación y puedas volver a hacer frente al pago. Que encuentres trabajo, por ejemplo, o como en el caso de Aurelia que empezaría a cobrar su pensión de jubilación.
Sin embargo en el práctica el banco no te ofrece esta posibilidad, se la calla. Te ofrece un préstamo para sobre endeudarte o llama a los avalistas para que paguen. En este caso solo estamos pidiendo que le den algo que la ley le reconoce.

¿Qué futuro les espera a todos estos afectados?
Las personas que sufrieron los 400.000 desahucios de antes del 2013 son personas que están totalmente marginadas, no pueden tener una cuenta porque les reclaman el resto de la deuda que tenían, no pueden cobrar una nómina porque se la embargan y eso les lleva a estar en un mercado negro en el que no cotizan y entonces pierden derechos.
Nadie les alquila un local ni una furgoneta para montar un negocio porque están en la lista de morosos; si quieren contratar un ADSL o una línea de teléfono tampoco pueden, ni un servicio de luz, están marginados.
La única posibilidad de que salgan de este pozo es que se consiga la dación en pago. Si les dijesen borrón y cuenta nueva podrían empezar a vivir. Cotizarían, tributarían y volverían a generar derechos y a tener la dignidad que les han robado.

“Los bancos siguen incluyendo cláusulas abusivas en sus contratos hipotecarios”

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