Los desarrolladores de Instagram han creado la función que todos estábamos necesitando: una que nos permite informar de un fallo en la aplicación agitando el móvil con rabia. Que es, básicamente, lo que ya hacíamos, pero dándole un significado. No han tenido más que fijarse un poco en el humano común para darse cuenta de que la frustración tecnológica se descarga divinamente metiéndole unos meneos al teléfono. Y ya que es algo que tenemos interiorizado, convertirlo en un sistema de comunicación real es hacer un dos por uno. Ya pueden ir tomando notas el resto de app.