Es lo que tiene situarse prácticamente fuera del sistema. Vox y la CUP se han convertido, por obra y gracia de unos presupuestos, en compañeros de viaje hacia ninguna parte. Los primeros en Andalucía, donde condenan a los ciudadanos, en el mejor de los casos, a una prórroga presupuestaria que impedirá incrementar la inversión. Los segundos, también con una enmienda a la totalidad, buscan forzar a ERC a extremar su posicionamiento de apoyo al secesionismo. Está claro que lo único que buscan es su interés partidario y que poco les importa la suerte de la población.