Cosas que hemos aprendido de ‘Mask Singer’: que entre tanta crispación, un programa de entretenimiento blanco nos da la vida; que las cadenas siguen sin entender que sus guerras van a acabar con la audiencia a la que se empeñan en maltratar con cambios de día de emisión y bloques de anuncios interminables; que Willy Bárcenas, además de haber demostrado ser simpático como pocos, es un pedazo de cantante –y que nos pueden los prejuicios–; y que hay muchos, demasiados, que no saben quién es Joaquín Cortés ni lo que representa para la cultura española. Eso es lo peor.