El indulto a los nueve presos del Process es una apuesta de alto riesgo, por el rechazo que “aún” provoca en una mayoría de españoles. Sin embargo, cada vez es más probable que sus consecuencias terminen afectando a una parte de sus detractores. El gobierno, que hace pedagogía e insiste en que ayudará a mejorar la convivencia en Cataluña y hacer que el independentismo entre en vía muerta, ha sumado apoyos tan significativos como el del presidente de la patronal y la Conferencia Episcopal. Además, el PSOE no sólo no se ha roto, sino que ha cerrado filas, y como si de un bumerán se tratase, han estallado las hostilidades entre VOX, PP y Ciudadanos para ver quien la tiene más larga. A Casado se le hará muy cuesta arriba llegar a diciembre de 2023 con esta estrategia de piñón fijo, en plena recuperación económica de España, y con Isabel Díaz Ayuso disputándole el liderazgo sin ningún disimulo.