Dilema innovador

la innovación forma parte de la genética de las empresas dado que estas necesitan retroalimentarse permanentemente para sobrevivir y desarrollarse, por tanto se ha utilizado este término para alentar la cultura de la mejora continua y la necesidad de aportar al mercado productos y servicios que resuelvan de forma competitiva y avanzada las necesidades y requerimientos de los clientes, pero no sería una asignatura por aprender, sino que está implícita en toda la actividad de la empresa desde el momento mismo en el que nace. La empresa que no innove de forma natural tendrá problemas para sobrevivir en un mercado competitivo.

Se ha utilizado mucho este término para encauzar las políticas de ayudas públicas y asociando el apoyo a las iniciativas innovadoras como forma de estimular esta cultura básica empresarial que lleva a las empresas a la necesidad de cooperar con instituciones educativas, científicas, tecnológicas en su evolución dentro de un marco de cambio continuo y acelerado.

El dilema para las empresas es si dimensionar la innovación solamente desde un punto de vista interno, por afectar de forma sensible a factores sustanciales de sus procesos, productos y servicios que habrían de ser preservados y protegidos, frente a la vulnerabilidad de poner información crucial a disposición de terceros a la hora de innovar. Por otro lado, la capacidad creativa, la obtención de conocimientos específicos determinantes exige a la empresa una participación más allá de los muros de la empresa y por tanto deberá abrir la innovación interna a la incorporación del conocimiento, experiencia y referencias de otros para transformar su modelo de negocio y avanzar respondiendo a las necesidades del mercado.

Si finalmente la empresa resuelve que es decisivo para sus procesos innovadores contar con profesionales, instituciones u otras empresas externas, deben claramente establecer protocolos y métodos de trabajo que preserven la seguridad respecto a sus activos derivados de la transferencia de conocimientos y finalmente la sustanciación de patentes u otros derechos de propiedad generados a partir de proyectos de desarrollo, investigación e innovación.

La creatividad aplicada que la empresa puede captar fuera puede resultar expansiva y clave para su futuro y por tanto la innovación abierta exige un serio trabajo de participación en el ecosistema de empresas especializadas, instituciones educativas como la Universidad y expertos financieros en el ámbito del emprendimiento que llevan a cabo proyectos tecnológicamente avanzados.


*Marcelino Otero es economista


Dilema innovador

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