Muchos ojos estaban ayer puestos en los establecimientos que realizaron una prueba para ver como podría ser la vuelta a la actividad del ocio nocturno después de un año con las verjas bajadas. No solo eran de los políticos, preocupados por los posibles contagios que se podrían producir si la actividad no está suficientemente regulada. También estaban los profesionales, que eran los primeros interesados en que todo saliera bien y, por supuesto, los jóvenes, deseosos de recuperar la normalidad que, junto con los mejores años de su vida, les está robando esta pandemia. Al final, todo discurrió según lo previsto. Se cumplieron las medidas sanitarias, la sensatez de los clientes fue pareja a la que demostraron los seis establecimientos elegidos para esta prueba y, ahora le toca el turno a los políticos y expertos de analizar los resultados para ver si se puede, de una vez, recuperar el sonido de nuestras noches.